Las siguientes situaciones te revelan que debes cambiar tu equipo de descanso:

  • Si tu colchón tiene más de 10 años, debes plantearte el renovarlo. Pasado este tiempo pierde la firmeza y la flexibilidad.

  • Si lo notas deteriorado, muy blando o con hendiduras y te hundes demasiado.

  • Si tu colchón ofrecía independencia de lechos y al dormir notas perfectamente los movimientos de tu pareja.

  • Si notas alguna superfície dura, protuberancias, o escuchas ruidos al moverte.

  • Si no tienes ninguna enfermedad o patología diagnosticada, y a diario te levantas con dolores musculares y de espalda, y cansado habitualmente.

  • Si das muchas vueltas durante la noche y/o te despiertas varias veces.

  • Si durante el día te sientes muy cansado y te quedas dormido en situaciónes que requieren un estado óptimo de alerta.

  • Si la base donde reside tu colchón está en mal estado o tu somier esta desgastado.

  • Si has experimentado un gran cambio físico o has sido padre/madre, ya que el colchón que antes era idóneo para ti es posible que ahora ya no lo sea.

  • Si tu hijo se ha hecho mayor.

Si sufres alguna o varias de estas situaciones debes renovar tu colchón, el que tienes actualmente ha ha perdido todas sus propiedades y ha dejado de ser funcional, con lo cual no te ayuda a descansar como debes y te afecta en tu vida diaria.